viernes, 12 de febrero de 2010

Aprovechemos el pretexto.

Desde el humilde punto de vista de la persona que esto escribe, el bicentenario nos ofrecía una oportunidad única para hacer algo por nuestro país. Está claro que le hemos fallado a México y que tenemos 200 años equivocándonos, por incapacidad o por mezquindad, pero hemos fallado. Este era un gran pretexto para construir una visión del país que queremos ser. Y una vez más, fallamos.

Pero, como si merecieramos más oportunidades, se nos presenta otra: sin entrar en misticismos, el 12.12.12 es un gran pretexto: acabemos el mundo de corrupción, desigualdad y violencia que conocemos y creemos un nuevo México. Imaginemos un destino mejor para nuestros hijos y luchemos por hacerlo realidad. Creo que México necesita muchas cosas, innumerables, pero ante todo, necesitamos volver a creer en nosotros mismos, convencernos de que merecemos ser mejores y que nuestro destino no es esto que hoy vivimos.

Aprovechemos el destino para construir una visión y una vocación de país. Sumemos conciencias y voluntades para hacer de México un mejor lugar para vivir. Yo creo que sí se puede, tenemos más de dos años para hacer una revolución en nuestras mentes.

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