viernes, 14 de enero de 2011

Gracias.

Gracias es una palabra poderosa que deberíamos usar más seguido, todos los días, a cada momento del día. Dar las gracias a la señora que nos prepara el café; al internet y los móviles, que aunque nos hemos acostumbrado a ellos, no pueden dejar de maravillarnos; a los compañeros de trabajo que se hicieron amigos y ahora que se han ido, siguen aquí. Gracias a las noche buenas que no se han secado por completo y al maestro Jerónimo por los muebles de madera que nos ha hecho y por estar siempre a tiempo; gracias a Polanco que es extraordinario a cualquier hora del día; gracias a los amigos que siempre están; gracias a los problemas que nos mantienen ocupados y nos hacen sentir bien cuando los solucionamos; gracias a los fracasos que nos enseñan; gracias a los clientes que nos han permitido vivir todas estas cosas juntos; pero hoy, especialmente, gracias a los chavos que en lugar de irse de fiesta, como es normal un jueves cualquiera, anoche estaban aquí, riéndose. Neta, gracias.

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